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Jeff McNeil reaccionó excesivamente frustrado cuando sus zapatos se atoraron en el pasto del estadio de los Brewers y complicaron una jugada en la quinta entrada. El jugador se puso a gritar y claramente pudimos distinguir la "F-word" en su escándalo.

El jardinero de los Mets tenía un punto en que las condiciones del campo de juego no eran ideales. Si lo hubieran sido, no habría quedado atorado en la jugada.

Sin embargo, los Mets tenían problemas mucho mayores que la situación del campo. En la quinta entrada, los de Nueva York ya iban perdiendo 10 carreras a 0. También sufrieron una penalización por no pitchar a tiempo, esto antes de su primer pitchada.

El pasto no tenía la culpa de eso. Aunque entendemos la frustración de McNeil, la verdad es que el jugador quedó bastante en ridículo con su desplante.