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Foto vía @Alex_Requeijo

Dietmar Hopp es el mayor accionista del Hoffenheim de la Bundesliga, un empresario exitoso dueño de CureVac, un laboratorio farmacéutico que desarrolla vacunas vanguardistas y que ya trabaja en una contra el COVID-19.

Hopp es también accionista de la Fundación Bill y Melinda Gates y ambas entidades han invertido una importante cantidad de dinero en CureVac, aproximadamente 400 millones de euros hasta diciembre de 2019, según reportes de la compañía.

La participación de CureVac en la crisis del coronavirus será fundamental, pues la llamada “vacuna anticoronavirus” se estaría probando en pacientes este mismo verano.

¿Y Trump que tiene que ver en esto?

Fuertes rumores aseguran que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pretende hacerse de la vacuna de manera exclusiva y que ya ha ofrecido “altas subvenciones financieras” aunque la propuesta fue rechazada, según reporta el diario aleman Welt am Sonntag.

“Si queremos desarrollar una vacuna efectiva contra el coronavirus, esta persona no solo debe alcanzar y proteger a las personas sino también tener más solidaridad con ellas, reportó la compañía en un comunicado. “Queremos desarrollar una vacuna para proteger y ayudar a pacientes de todo el mundo y no para países individuales. Rechazamos las alegaciones de ofertas de adquisición de la compañía o su tecnología y no haremos declaraciones sobre esta indirecta, pero manifiesta, disputa comercial. Tenemos mucha confianza en que podremos desarrollar una vacuna potente en los próximos meses”, aseguró CureVac.

De villano a héroe

Dietmar Hopp  está en el ojo del huracán en la Bundesliga y es que en una liga donde el 51% de las acciones de cada equipo le pertenecen a los socios, la llamada regla 50+1, el exitoso empresario es dueño del 96% del Hoffenheim.

Esto lo logró gracias a una concesión de la propia Bundesliga que dispuso hace varios años que si una persona o empresa invierte en un club por 20 años seguidos podría acceder, si así lo desea, con una participación mayoritaria en dicha institución deportiva.

La noticia no gustó nada a los sectores de aficionados más radicales de los clubes importantes de Alemania, donde la tradición vale más que el dinero y está fundamentado en el esfuerzo y la dedicación.

La furia de los ultras del Bayern Munich se hizo sentir en las gradas del Rhein-Neckar Arena del Hoffenheim el pasado 29 de febrero por la Bundesliga en la victoria del Bayern por 0-6.

El sector que acompaña siempre al Munich lanzó constantes cánticos en contra de Hopp y desplegó mantas con leyendas. Tanta fue la presión que los propios jugadores del Bayern Munich detuvieron las acciones y pidieron a su parcialidad cesara en los cánticos.

A manera de apoyo, ya con el 0-6 a favor, el Bayern Munich se dedicó a tocar la pelota para que transcurrieran los minutos y el encuentro terminara.

Pero no fue la única muestra de descontento, en el Union Berlin vs Wolfsburgo también hubo protestas similares por parte del sector más radical.