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Barras no serán eliminadas en México, forman parte del negocio del futbol

Para nadie es un secreto que el futbol en México atiende intereses económicos más que deportivos y la sanción impuesta al Querétaro (...)

Para nadie es un secreto que el futbol en México atiende intereses económicos más que deportivos y la sanción impuesta al Querétaro lo demuestra.

La Liga MX se sintió muy presionada por la opinión pública sobre la reacción ante la violencia sin precedentes que se presentó el pasado sábado en La Corregidora entre hinchas de Querétaro y Atlas.

Muchas voces pedían a gritos la desaparición de las barras pues se les responsabiliza de la violencia generada en las canchas del futbol mexicano, pero en verdad, ¿es posible esta medida?

La respuesta es no, con más de dos décadas en el futbol mexicano y muchos intentos por desaparecerlas, las barras existen, ya se arraigaron en la cultura popular de varios equipos y lo principal, reportan mucho dinero a las arcas de los clubes de primera división.

Reventa de boletos, venta de productos, organización de viajes y todo tipo de mercancía oficial y no oficial forman parte de los ingresos que reportan las barras en México.

Pero hay un lado oscuro, el del crimen organizado que se sigue infiltrando en estos grupos de animación que tienen miembros activos con antecedentes penales, como se ha podido comprobar a través de un reporte de inteligencia de la CDMX sobre los grupos de animación.

El gran consumo de drogas en el interior de estos grupos alienta a los criminales a mover su mercancía entre las barras. Algunos miembros han sido identificados por su relación con narcomenudistas y grupos del crimen organizado, pero no todos son así.

Sigue habiendo una mayoría de aficionados que asisten al estadio y viajan acompañando a su equipo con el puro interés de alentar los colores y seguir su pasión, por lo que la medida que a voces se pedía, simplemente es imposible.

Lo ideal sería que la Federación trabaje de la mano con las barras, se acerque a ellos y atienda el origen de la violencia, no prohibiendo y vetando. Medidas parciales que no resuelven el problema, lo sigue postergando.