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Cuando un hincha vuelve a casa, Pumas abrió las puertas de CU

Casi 600 días tuvieron que pasar para que la afición de Pumas pudiera volver a festejar un gol en casa. (...)

Casi 600 días tuvieron que pasar para que la afición de Pumas pudiera volver a festejar un gol en casa. Ciudad Universitaria abrió sus puertas al público, el último estadio en hacerlo en México .

Aquel 6 de marzo del 2020, ante América, fue la última vez que los aficionados pudieron asistir a CU de manera normal, antes de la pandemia. Ayer hubo reencuentro entre Pumas y su gente, aunque muchos de ellos no libraron la batalla ante el covid.

Regresar a CU era el sueño de muchos hinchas, algunos habían podido seguir al equipo a plazas como Toluca, Puebla, Aguascalientes, Mazatlán y hasta Estados Unidos, pero nada como sentirte en casa, alentar al equipo en la grada de siempre, rodeado de las mismas personas con las que se ha sufrido, llorado, festejado y agradecido.

La vuelta no pudo ser más especial, como si se tratara del primer partido, los hinchas se despertaron temprano para acudir a una misa de 12 del día que hacía más de un año que no se oficiaba.

El reencuentro de amigos en los estacionamientos del estadio, el recuerdo de los que ya no están y la alegría de pisar nuevamente CU. Se volvió a ver a la policía hacer sus operativos de seguridad con las fracciones de la barra que llegan a CU con sus autobuses de trasporte público, con las banderas a los costados y la gente cantando por la alegría de regresar a casa.

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© Sipa USA

Nuevas medidas protocolarias hicieron lento el acceso, había que colocarse gel en las manos, así que los hinchas fueron pacientes, respetaron la fila, se colocaron gel y entraron a casa, esa que han defendido ante propios y extraños, un lugar donde convergen muchas mentes, pero con almas afines a unos colores, a un sentimiento llamado Pumas.

Hasta a la policía parecía darle gusto el regreso de la gente al estadio, risas y bromas a los aficionados que iban revisando uno a uno para evitar objetos peligrosos en la grada hicieron mucho más cordial la bienvenida al estadio.

Ya adentro, parecía que el tiempo se había detenido, las mismas bromas, las mismas risas, los mismos vendedores de cerveza, esos que ya son tan amigos de los hinchas que en ocasiones hasta les fían la cerveza con la promesa de liquidar la cuenta al siguiente partido, así es Pumas.

No hubo instrumentos ni tambores en la tribuna, las medidas de sanidad lo impiden, pero aún así la gente se las arregló para alentar al equipo, cantar al compás de las palmas, que el equipo sintiera el cobijo de su afición y funcionó.

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© Sipa USA

El empuje de la grada y las ganas de conseguir el triunfo, permitió que Washington Corozo, uno de los refuerzos llegados a Pumas esta campaña, se estrenara de manera soñada en Ciudad Universitaria con un tanto en tiempo de compensación que hizo llorar a más de uno en la tribuna, las emociones al máximo, había sido muy larga y dolorosa la espera.

Pumas se reencontró con su afición y no pudo hacerlo de la mejor manera, con un triunfo que le permite soñar con el repechaje, pero sobre todo, le permite a los hinchas vivir de nuevo, pues una parte de ellos se quedó muchos meses detenida, presa en un estadio vacío, encerrada en la cuarentena de la tribuna sin gente. Volvieron a casa y fueron felices en el lugar al que nunca han dejado de asistir.