¡Invasión auriazul! Pumas no estuvo solo en la derrota en Seattle
Desde el lunes por la mañana, los agentes de migración de Seattle en el estado de Washington comenzaron a recibir turistas mexicanos con un solo objetivo de viaje, la final de la Concacaf.
Es martes y en las calles de Seattle ya se percibe la invasión de colores azul y oro en las barras del centro de la ciudad se van juntando los aficionados de Pumas que fueron llegando a la cita con anticipación.
No hay manera que no se perciba la intensidad de la parcialidad de Pumas que simplemente desbordó sus colores en la ciudad de Seattle. El miércoles todo es azul y oro y a donde uno se dirija o voltee, se encuentra con un aficionado de Pumas que gustosos se devuelven los saludos.
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Nadie se conoce, pero portar la playera universitaria es un simbolo de unión en patio ajeno, la gente en Seattle supo que no se enfrentó a cualquier equipo, los Pumas arrastran pasiones y multitudes donde quiera que vayan y para una final de Concacaf no faltaba menos.
De la Ciudad de México, de California, Texas, Chicago, poco a poco los grupos más numerosos que integran a la porra universitaria en México y Estados Unidos se acercaron a la zona del Space Needle, la más turística de la ciudad que la mañana del miércoles se pintó de azul y oro.
No hay insultos, no hay provocaciones, el ambiente transcurrió con mucha camaradería entre los numerosos visitantes y la parcialidad local, muy futbolera y apasionada de su equipo como lo hicieron sentir horas después con un lleno espectacular y récord de asistencia.
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Pumas y Seattle se unieron por un día con el mismo sentimiento, el futbol y la pasión que despierta en los hinchas de estos dos clubes una final como la de Concacaf.
En la previa, horas antes del inicio del encuentro, la gente de Pumas marchó por el centro de Seattle hasta el Lumen Field, alentó y llenó la bandeja que le proporcionaron en una estupenda entrada de aficionados de Pumas que eran más de 3 mil en la zona asignada y muchos cientos más repartidos por todo el estadio.
Los goyas retumbaron en el inmueble que se tardó en encenderse con el público local, pero finalmente festejó un campeonato internacional. El 3-0 fue lapidario para los Pumas que no pudieron levantar la cara pese al empuje de su afición en la tribuna.
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Pumas y Seattle dieron una final digna para la historia, las calles aledañas al Lumen Field se abarrotaron de aficionados tanto de Seattle como de Pumas en total comunión. Un buen vencedor sabe reconocer al derrotado y el Sounders y su gente mostraron mucho respeto por la gente de Pumas que se hizo sentir en gran número en la ciudad y el estadio.
Cansados, desvelados pero felices por ver a sus Pumas, los miles de seguidores que buscaban el sueño de Concacaf volverán a casa con las manos vacías pero el orgullo intacto, muy buena representación universitaria para poner en alto los colores de Pumas y la UNAM.
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