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Las cosas se complican para Dani Alves que vivió su primer fin de semana en prisión y ya fue cambiado de sector para mantener la seguridad del ex futbolista de Pumas y Barcelona.

El caso del brasileño está que arde con elementos que justifican su privación de la libertad, una denuncia contundente de la víctima, evidencia que respalda la acusación y tres declaraciones contradictorias entre sí por parte de Alves.

Tan complicada está la situación, que el hermano de Dani, Ney Alves aseguró a un medio brasileño que la familia decidió cambiar al abogado que lo defiende pues consideran que no está haciendo un buen trabajo.

La declaración de la víctima, una mujer de 23 años es desgarradora, según El Periódico de Barcelona, Alves la forzó a tocarle el pene sujetándola con fuerza de la mano, según el reporte, el futbolista la invitó a ir al baño y ahí: "Alves la obligó a sentarse encima de él, la tiró al suelo, la obligó a hacerle una felación a la que ella se resistió activamente, la abofeteó, la levantó del suelo y la penetró hasta eyacular".

En su primera declaración, Alves negó conocer a la víctima, posteriormente aseguró que sí la conocía pero que no había pasado nada y finalmente afirmó que fue ella la que se le tiró encima.

La víctima no aceptó el arreglo económico que Alves ofreció y solo busca justicia, por lo que la jueza le negó la fianza al considerar que el futbolista tiene los medios económicos suficientes para escapar del país.

Ahora Dani Alves se enfrenta a la "Ley del sí es sí", que tras la última modificación legislativa puede imputar una condena de entre 4 y 12 años de prisión si el caso de agresión sexual consista en acceso carnal vía vaginal, anal y oral.