Dentro de la compleja relación de Aaron Rodgers con los Jets

La complicada relación de Aaron Rodgers con los Jets ha resultado ser un desafío esta temporada.

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A sus 40 años, ha sufrido varias lesiones que han impactado en su rendimiento, como lo reflejan sus estadísticas: un QBR de 52.0, ocupando el puesto 24 en la NFL, y un promedio de yardas por intento de 6.4, el más bajo desde que se convirtió en titular en 2008. Luego de una derrota ante los Steelers el 20 de octubre, fue evidente que Rodgers estaba considerando si esta arriesgada apuesta final valía la pena, ya que la frustración y el dolor físico parecían afectarlo significativamente.

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La llegada de Rodgers a los Jets trajo consigo una transformación en el equipo, quienes intentaron recrear un ambiente que reflejara el éxito que el jugador había tenido previamente en los Packers, incluso trayendo a su amigo cercano Nathaniel Hackett y varios de sus antiguos compañeros como Allen Lazard y Randall Cobb. Sin embargo, la franquicia, que no ha llegado a playoffs desde 2010, se ha encontrado en un constante estado de pérdida, mostrando escasez de coordinación y éxito en el campo.

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Diversos cambios han sacudido al equipo en lo que va de la temporada, incluyendo el despido del entrenador en jefe Robert Saleh y la llegada del receptor Davante Adams a mitad de octubre. A pesar de estos movimientos, los resultados han sido decepcionantes, y los Jets siguen siendo el centro de atención debido a su dependencia del talento de Rodgers. Incluso el propio Rodgers ha admitido que no basta con ser líder en el campo, ya que la presión y las expectativas han hecho mella en el equipo.

A pesar de las dificultades, hay momentos de brillantez que iluminan la temporada. Con tiros impresionantes que solo Rodgers puede ejecutar, el equipo encuentra esperanza en sus habilidades únicas. Sin embargo, las promesas incumplidas y la falta de éxito consistente han planteado preguntas sobre el futuro del equipo y la decisión de construir un proyecto en torno a Rodgers. A medida que avanza la temporada, el legado de Rodgers y la capacidad de los Jets para superar los obstáculos determinarán si esta estrategia radical fue acertada.