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Esta semana vimos lo unido que puede estar el mundo del deporte cuando un deportista cae en desgracia. Por todos lados llegaron apoyos y homenajes a favor de la recuperación de Damar Hamlin, de los Bills, después de sufrir un aterrador paro cardiaco.

Sin embargo, la NFL también nos recordó lo brutal que puede ser la liga y lo "desechables" que son sus jugadores. El miércoles, mientras los Bills todavía no confirmaban si jugaría en la Semana 18 de la temporada regular ante los New England Patriots, anunciaron la contratación de Jared Mayden de los Jets para tomar el lugar de Hamlin.

Es entendible, los Bills perdieron a su segundo jugador para la posición y necesitaban un reemplazo. Además, el equipo siempre se mostró respetuoso por el delicado estado de salud de Hamlin.

Los Bills pararon el juego y dejaron claro que no reanudarían el partido. Desde sus redes sociales han reportado continuamente sobre el estado de salud del jugador de 24 años y han tenido tacto al tratar el tema.

Pero, también han dejado claro que el juego continúa y que necesitan fortalecer al equipo después de perder a un jugador, sin importar la causa de la baja de ese jugador.

De inmediato aparecieron en Twitter comentarios de aficionados sorprendidos con lo rápido que se firmó el remplazo. "Lección de vida, todos somos reemplazables", se lee entre los comentarios.

Y es verdad, el juego continúa. La pregunta es: ¿a qué costo?

Este jueves no hay Thursday Night Football, pero no por algo relacionado con Hamlin, simplemente se acabaron los juegos del jueves por la noche por ser el último fin de semana antes de los playoffs. Pero, el domingo sí regresa la NFL y será interesante ver el ánimo de todos los jugadores, quienes ponen en riesgo su vida prácticamente cada vez que salen al campo.

Buffalo, Cincinnati y Kansas City compiten por el sembrado número 1 en la AFC y la oportunidad de recibir a su oponente en playoffs.