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¡Fuck the Chiefs! Retumbó en las calles del centro de Philadelphia acompañado de botellas rotas, autos volteados y severos destrozos que los aficionados de los Eagles realizaron antes, durante y posterior a la derrota de su equipo en el Super Bowl LVII.

La policía de Philadelphia tuvo una noche atareada y no se daba abasto para dispersar a la multitud que trepó a los semáforos, marquesinas y paradas de autobuses para mostrar su descontento con el resultado del encuentro.

¿La razón del enojo? Los aficionados se sintieron robados por los referees sobre todo en la última serie de Chiefs donde en 3a y gol, marcaron una penalización de holding que permitió a Kansas City acabarse el cronómetro de juego y llevarse el partido con un gol de campo.

Los disturbios comenzaron desde temprana hora pues la afición de Eagles es famosa por ser de las más hostiles de la NFL y prueba de ello fueron algunos videos e imágenes que circularon en redes sociales donde se mide la magnitud de los eventos.