Joe Mixon y la defensa de los Texans aplastaron a los Cowboys

El 19 de noviembre de 2024, los Houston Texans lograron una histórica victoria 34-10 sobre los Dallas Cowboys en el estadio AT&T.

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Este triunfo puso fin a una racha de dos derrotas consecutivas para los Texans y marcó la primera vez que vencían a los Cowboys en su propio estadio. El corredor Joe Mixon fue la estrella del partido, corriendo para 109 yardas y anotando tres touchdowns. Desde el primer cuarto, los Texans tomaron la delantera con un marcador de 14-0 y su defensa se mantuvo firme, capturando al mariscal de campo de los Cowboys, Cooper Rush, cinco veces y consiguiendo una intercepción.

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Un momento clave del partido fue al comienzo del último cuarto. El ala defensiva Derek Barnett provocó un fumble al capturar a Rush, y tras un intento fallido de recuperación por parte del tackle de los Cowboys Tyler Guyton, el profundo Jalen Pitre recuperó el balón suelto, permitiendo que Barnett anotara un touchdown con su regreso. Esto llevó el marcador a 27-10 a favor de los Texans, asegurando efectivamente su victoria. Además, el esquinero Derek Stingley Jr. destacó al limitar significativamente la efectividad del receptor de los Cowboys CeeDee Lamb, demostrando su capacidad defensiva en situaciones críticas.

Sin embargo, los Texans enfrentaron problemas de disciplina con nueve penalizaciones para 69 yardas, lo que mantuvo a los Cowboys en el juego. En particular, un error en la primera jugada anuló un touchdown de 77 yardas, y otra penalización en el tercer cuarto llevó a los Texans a conformarse con un gol de campo en lugar de un posible touchdown. Estas distracciones deberán controlarse mejor mientras el equipo se prepara para la postemporada.

Por parte de los Cowboys, la situación es preocupante tras sufrir su quinta derrota consecutiva, una de las peores rachas desde 2015. La lesión del mariscal de campo titular Dak Prescott complicó aún más las cosas, junto con la pérdida de los guards Zack Martin y Tyler Smith. Las deficiencias defensivas también fueron evidentes, permitiendo múltiples jugadas largas a los Texans y siendo incapaces de frenar el avance rival de manera constante. De cara al próximo partido contra los Washington Commanders, el equipo deberá ajustar tanto su ataque como su defensa para tener esperanza en lo que queda de la temporada.