Los Jets siguen cayendo en picada, a pesar del despido de Robert Saleh
La situación se volvió crítica el 8 de octubre, cuando el propietario del equipo, Woody Johnson, decidió destituir a Saleh en una conversación breve y decisiva. La tensión llegó a otro nivel el pasado domingo en el Gillette Stadium, donde los Jets sufrieron una pérdida impactante ante los New England Patriots, llevando al entrenador interino Jeff Ulbrich al borde de las lágrimas en el vestuario, mientras trataba de motivar a un equipo desmoralizado con su racha de cinco derrotas, referenciando la situación como "un momento de oscuridad" y no un apagón permanente.
En un período de solo 20 días, la franquicia realizó cambios significativos: cambiaron de entrenador, destituyeron al coordinador ofensivo Nathaniel Hackett, adquirieron a Davante Adams, el receptor favorito de Aaron Rodgers, y lograron resolver un conflicto contractual con el pass rusher Haason Reddick. Sin embargo, el traspaso de estos jugadores no ha conseguido mejorar su desempeño en el campo. Johnson ha gastado 20 millones de dólares en estos movimientos, pero las preguntas sobre el futuro de los Jets continúan, especialmente con un récord de 2-6 y tres derrotas consecutivas desde que Ulbrich tomó el mando.
Bill Belichick comentó sobre la situación de los Jets en el programa de Pat McAfee, señalando que no comprende cómo las decisiones de Johnson han encajado. Esto llega en un momento en que el equipo, que alguna vez fue considerado uno de los grupos más talentosos en la historia de la franquicia, parece acercarse a convertirse en uno de los mayores fracasos de la NFL en años recientes. Muchos observadores, incluidos analistas externos, dudan sobre la dirección que ha tomado Johnson al hacer tantos cambios drásticos en una temporada que tuvo potencial.
La situación es tensa y llena de incertidumbre. Ulbrich asume ahora el cargo de entrenador y coordinador defensivo, manteniendo la esperanza de cambiar la dinámica del equipo. Sin embargo, la falta de claridad sobre el futuro y las dudas de los jugadores sobre la dirección del equipo están creando un ambiente complicado. La próxima semana puede ser crucial, especialmente si los Jets caen a un 2-7, lo que pondría a Johnson en una situación de tomar decisiones difíciles antes del cierre de fichajes, considerando si es momento de reconstruir o seguir intentando salvar una temporada agonizante.