La época de Leo Messi será estudiada en los libros de historia
Diez Ligas, cuatro Champions League, seis Copas del Rey, ocho Supercopas de España, tres Supercopas de Europa, tres Mundiales de Clubes, Oro Olímpico en Pekin 2008, cinco Balones de Oro, cinco Botas de Oro, cinco Trofeos Pichichi (estos tres últimos seguramente terminen siendo seis a final de año)... se podría escribir un artículo entero solo con los títulos, distinciones individuales y récords que tiene Leo Messi, pero para eso ya está la Wikipedia.
La trascendencia del argentino en la historia del fútbol va mucho más allá de los trofeos que ha levantado pues ha sido capaz de dominar el panorama internacional durante más de una década. Hace ya 15 años que 'La Pulga' debutó con el primer equipo del FC Barcelona y desde entonces no ha dejado de sorprender a los aficionados ni un solo día. Resulta absurdo buscar comparaciones porque es inigualable, y parece complicado que nadie vaya a ser tan decisivo durante tantos años como lo ha sido él.
Pelé, Maradona, Di Stefano, Cruyff... todos han quedado a la sombra de un futbolista que será recordado como aquel que era capaz de cambiar un partido jugando 15 minutos o resolverlo en los primeros diez. Leo Messi ha liderado al mejor Barça de la historia a las órdenes de Pep Guardiola y ha conseguido mantener la continuidad temporada tras temporada haciendo buenos a sus compañeros y entrenadores, no por ello quitando mérito al resto del equipo. La época de Leo Messi será estudiada en los libros de historia.
Su duelo frente a Cristiano Ronaldo debería ser un honor para el portugués, el mejor rematador y goleador de la historia, que ha sido capaz de arrebatarle cinco Balones de Oro. Nadie se sienta en su mesa porque Messi come solo, acompañado por sus compañeros, pero en otro escalón. Messi ocupa cualquier trono, el de la Champions, el de la Liga, el de hierro... da igual el que le pongas porque él acabará llegando a sentarse.
Leo Messi no necesita cambiar de equipo buscando nuevos retos porque se pone a prueba cada día, cada temporada, para superarse a él mismo, porque es prácticamente al único que puede sobrepasar ya. El rosarino, que suma ya 34 títulos como blaugrana y se acerca al récord de Giggs con el United, es inigualable y el fútbol debería agradecerle lo que hace cada día porque además lo ha conseguido un hombre al que le "preocupa más ser buena persona que el mejor jugador del mundo".