Lo bueno, lo feo y lo malo en la final de la Copa del Rey

El Valencia conquistó la Copa del Rey en un encuentro en el que no dominó pero supo aprovechar sus armas y ocasiones para imponerse por dos goles a uno al FC

El Valencia conquistó la Copa del Rey en un encuentro en el que no dominó pero supo aprovechar sus armas y ocasiones para imponerse por dos goles a uno al FC Barcelona. Los blaugranas tuvieron el control del balón en la primera mitad, pero fueron los 'chés' quienes pusieron los goles gracias a dos muy buenas jugadas por banda que remataron Gameiro y Rodrigo. En los segundos 45 minutos Ernesto Valverde acertó con los cambios y Messi, que fue de los pocos en intentarlo, hizo el único gol culé que de poco sirvió.

PAU BARRENA/GettyImages

Lo bueno

El partido comenzó con un claro dominador y todo apuntaba a un nuevo paseo blaugrana, pero los tantos valencianistas hicieron que el partido se pusiese entretenido. Tras el tanto de Leo Messi el FC Barcelona se volcó en ataque a tumba abierta generando varias ocasiones para empatar la final lo que pudo suponer la sentencia 'ché' a la contra en tres ocasiones. El encuentro cobró un atractivo especial que terminó con el título para el Valencia once años después, en el año de su centenario.

Lo feo

La actuación defensiva del FC Barcelona dejó mucho que desear al encajar dos goles en una primera mitad en la que tampoco tuvo mucho trabajo. En el primer tanto fueron Semedo y Sergi Roberto quienes dejaron controlar y avanzar a placer a Gayá, acertado en su pase a Gameiro, que recortó y batió a Cillessen. El segundo llegó por la otra banda con una carrera entre Carlos Soler y Jordi Alba en la que el valencianista salió ganando, centró y la defensa se quedó mirando mientras Rodrigo remataba solo al fondo de la red.

JOSE JORDAN/GettyImages

Lo malo

Para los campeones poco malo hay, para los culés prácticamente todo y para el público en general lo peor fue que el FC Barcelona no fue capaz de empatar el encuentro deparando otros 30 minutos eléctricos en lo que todo podía pasar. Los blaugranas buscaron con ahínco la igualada y no solo no lo consiguieron, sino que pudieron haber visto su portería batida en alguna ocasión más.